La necesidad de realizar tratamientos foliares en nuestros cultivos hace que nos planteemos la posibilidad de realizar mezclas de productos. Tanto correctores como fitosanitarios.

Éstos pueden tener distintos efectos sobre la planta: Desde una aplicación fungicida, insecticida o una corrección de algún micro o macroelemento.

Dicha práctica resulta especialmente eficiente. Si se realiza la aplicación conjunta de distintos elementos en un tanque de pulverización estaremos promoviendo la disminución en el número de intervenciones. Y se conseguiría un menor impacto tanto económico como ecológico.

Factores relativos para realizar la práctica correctamente:

  • Considerar el momento idóneo de aplicación de todos los productos que deseemos
    aplicar.
  • Evitar las interferencias entre productos. Que las características físico-químicas de un producto no modifican las del resto.
  • Evitar el uso de mezclas que puedan ser fitotóxicas. Según Michael J. Krogmeier et al: ”grado en el que la aplicación de un compuesto químico afecta al desarrollo de cualquier parte
    de un vegetal”.
  • Ajustar las dosis de cada producto a los requerimientos de aplicación de cada uno de ellos. Siendo el factor limitante el producto que mayor volumen de caldo necesite en su aplicación. Esto implica la reducción de dosis del resto de productos. Todo esto conforma el caldo de aplicación.

Pautas de aplicación que permitan optimizar el aprovechamiento de todos los productos:

  1. Leer detenidamente las etiquetas de todos los productos que se quiere mezclar. En el etiquetado de todos los productos de uso agrícola aparece un apartado de compatibilidades. En él se pormenorizan qué productos no deben mezclarse durante la aplicación para evitar fitotoxicidades.
  2.  Los productos que habitualmente tienen más restricciones con las mezclas son:
    – Formulados a base de cobre.
    – Aceites parafinados. En este caso en concreto hay que seguir una serie de recomendaciones de aplicación independientemente de las mezclas a realizar. El motivo es que la aplicación por sí solo del aceite a temperaturas mayores de 32˚C o vientos secos puede provocar fitotoxicidades por quemaduras en hojas y frutos
    – Fosetil-Al (mezclas con productos nitrogenados)
    – Formulados a base de azufre.*En estos casos, y en condiciones standard de tratamiento. Como se indicaba en el artículo: https://www.fitogar.com/las-condiciones-ambientales-en-aplicaciones-foliares/ no debe haber problemas de fitotoxicidades mientras se sigan las instrucciones dadas por el fabricante.
  3. En caso de dudas, y según la publicación del Ministerio de AgriculturaGuía de buenas prácticas para la mezcla en campo de productos fitosanitarios”, siempre es aconsejable realizar: una prueba de estabilidad a pequeña escala que nos permita prever problemas físico-químicos en la mezcla.

Protocolo recomendado:

1. Añadir agua en un envase, a menos de un 50% de su volumen, por ejemplo, si el envase es de 1 litro, poner menos de 500 cc de agua)
2. Añadir el agente de compatibilidad y agitar hasta obtener una mezcla homogénea.
3. Añadir cada componente de la mezcla según el orden que ya comentamos en su día en el artículo: “Preparación de un caldo fitosanitario” https://www.fitogar.com/como-preparar-un-caldo-fitosanitario/
4. Completar el volumen de agua del recipiente y mezclar/homogeneizar.
5. Esperar 15-30 minutos y observar si hay floculación (formación de aglomerados). También las reacciones térmicas (variación de temperatura en el caldo resultante) y la precipitación o cualquier signo que indique incompatibilidad (ver imagen 1)


Imagen 1. Incompatibilidades físico-quimicas (Ministerio de Agricultura)

Hay que tener en cuenta que el ensayo de compatibilidad que realicemos debe hacerse en una disolución en la que las dosis estén por encima de lo indicado en las etiquetas de los productos. Ya que es la forma más rápida y visual de observar qué le sucede a la mezcla realizada. Si hacemos el ensayo a las dosis indicadas, es probable que la incompatibilidad sea tan leve que no observemos nada anormal. Cosa que no ocurre si elevamos las concentraciones.

Como recomendación final, es importante tener en cuenta cual es el grado de incidencia de la plaga/enfermedad/hongo que queremos controlar en nuestro cultivo mediante el tratamiento fitosanitario. En grados máximos de afectación o ante el peligro de un daño económico importante, debemos centrarnos en controlar ese agente causante del daño y no provocar la más mínima interferencia entre los componentes del caldo fitosanitario.

Con lo cual sugerimos que en estos casos no se apliquen nada más que los productos imprescindibles para el control del agente causante del daño agronómico.

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